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Publicado el 24/11/2025
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Los microservicios han cambiado la manera de diseñar aplicaciones modernas. En lugar de construir sistemas monolíticos complejos, se crean componentes pequeños y autónomos, cada uno enfocado en una función específica. Esta arquitectura invita a los desarrolladores a actualizar, escalar y mantener partes del sistema sin afectar al conjunto, aumentando la eficiencia y resiliencia. ¿Quieres ser parte de eso? Entonces quédate porque desglosaremos los puntos más importantes aquí.
Un microservicio es un componente pequeño, independiente y especializado de software que forma parte de una arquitectura de datos más grande. Cada microservicio se encarga de una funcionalidad específica dentro de una aplicación, como gestionar usuarios, procesar pagos o enviar notificaciones, y puede desarrollarse, desplegarse y escalar independientemente del resto del sistema.
No todos los microservicios cumplen la misma función. Algunos gestionan procesos de negocio, otros conectan sistemas o mantienen los datos organizados. Así que lee este punto con atención para que sepas cuál es el más adecuado según el contexto de la situación:
Se centran en gestionar procesos clave de la aplicación, como pagos, inventario o gestión de usuarios. Suelen reflejar directamente la lógica del negocio y ayudan a que cada área funcione de manera autónoma.
Se encargan de soportar la plataforma en lugar de la lógica del negocio. Por ejemplo, servicios de autenticación, logging, monitoreo o envío de notificaciones. Facilitan el funcionamiento seguro y eficiente del sistema.
Permiten conectar y coordinar varios sistemas o servicios externos. Pueden interactuar con APIs externas, bases de datos de terceros o incluso con otros microservicios dentro de la aplicación, asegurando que la comunicación sea fluida.
Gestionan todo lo relacionado con almacenamiento y acceso a la información, como bases de datos, cachés o búsquedas. Logran que los datos estén disponibles y consistentes para los otros microservicios que los requieren.
Realizan funciones comunes a varios microservicios, como seguridad, validaciones o auditorías. Ayudan a mantener consistencia y estándares en toda la arquitectura sin repetir código.
Los microservicios han transformado el desarrollo de aplicaciones modernas. Al dividir sistemas complejos en unidades más pequeñas y autónomas, se logra una gestión más eficiente y un desarrollo más ágil. Usarlos te dará estás ventajas:
Cada microservicio puede crecer o reducir recursos según la demanda sin afectar al resto del sistema. Si una función requiere mayor capacidad de procesamiento, solo se amplifica ese componente, optimizando costos y rendimiento.
Al estar dividido en unidades autónomas, actualizar o corregir errores en un microservicio no implica modificar toda la aplicación. Eso elimina riesgos y facilita la incorporación de nuevas funcionalidades de forma rápida y segura.
Cada microservicio puede desarrollarse con el lenguaje o la tecnología más adecuada para su función. Los equipos tienen la opción de escoger herramientas óptimas para cada tarea sin depender de una sola plataforma.
Si un microservicio falla, el resto de la aplicación continúa funcionando. Gracias a esa tolerancia a fallos se garantiza estabilidad y se mejora la experiencia del usuario final.
Los microservicios lanzan actualizaciones de manera independiente, sin esperar a que toda la aplicación esté lista. Con ello se acelera la entrega de nuevas funcionalidades y se beneficia la capacidad de respuesta ante cambios del mercado.
Tal y como mencionamos, el funcionamiento de un microservicio se basa en la idea de que cada servicio es independiente, autónomo y especializado, pero puede comunicarse con otros servicios para formar una aplicación completa. ¡Te lo explicaremos paso a paso!:
Cada microservicio tiene su propia lógica, base de datos (a veces) y responsabilidades. Por ejemplo, en una tienda online:
Cada uno funciona sin depender del código interno de los demás.
Para colaborar, los microservicios usan APIs o mensajería:
Cada microservicio se puede actualizar o escalar sin tocar los demás.
Si un microservicio falla, el resto de la aplicación sigue funcionando para que toda la app no se caiga. Eso es diferente a un monolito, donde un fallo afecta a todo.
Crear microservicios parece complejo, pero desglosar el proceso en pasos claros lo hace mucho más entendible. Cada paso tiene un propósito específico, desde definir qué hará cada servicio hasta asegurar que funcione correctamente dentro de un sistema completo.
Antes de escribir código, identifica las funciones que pueden separarse en servicios independientes. Cada microservicio debe enfocarse en una sola responsabilidad, como gestión de usuarios o procesamiento de pagos, para mantener la modularidad y claridad del sistema.
Decide cómo se comunicarán los microservicios: REST API, GraphQL o mensajería asíncrona. Define también cómo se gestionarán los datos y la forma en que cada servicio interactuará con otros para que la estructura general sea coherente y escalable.
Cada microservicio puede desarrollarse con la tecnología más adecuada para su función: diferentes lenguajes, frameworks o bases de datos. Esta flexibilidad permite optimizar rendimiento y mantenimiento según las necesidades específicas de cada servicio.
Construye la lógica de negocio y la interfaz del servicio. Procura que cada microservicio sea autónomo, modular y testable, para que pueda operar sin depender directamente de otros servicios.
Haz pruebas unitarias y de integración. Estas pruebas logran que cada microservicio funcione correctamente por sí solo y que la comunicación con otros servicios sea fluida y sin errores.
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Al saber algunos ejemplos prácticos y casos de uso podrás saber cómo las piezas encajan en la vida real, desde tiendas online hasta redes sociales, mostrando cómo cada microservicio aporta valor y mejora la experiencia del usuario.
En tiendas online, los microservicios se pueden separar por carrito de compras, inventario, pagos y envíos. Eso te deja actualizar funciones como los pagos sin afectar el inventario ni la experiencia de compra de los usuarios.
Servicios independientes para usuarios, reproducción de contenido, recomendaciones y análisis de datos manejan millones de visualizaciones simultáneamente para lograr estabilidad y la personalización del contenido.
Los microservicios pueden encargarse de cuentas, transacciones, notificaciones y seguridad. Esto facilita la escalabilidad, la seguridad y el cumplimiento de regulaciones sin comprometer otras áreas del sistema.
Servicios separados para perfiles, publicaciones, mensajes y notificaciones hacen que millones de usuarios interactúen al mismo tiempo sin que el sistema colapse, asegurando rapidez y resiliencia.
¿Quieres optimizar y potenciar el funcionamiento de los microservicios? Esto es posible, pero para eso debes seguir nuestras recomendaciones:
Define una responsabilidad clara para cada microservicio. Evita que un servicio haga demasiado o dependa de otros de manera excesiva. Un límite bien definido simplifica el mantenimiento, reduce la complejidad y mejora la escalabilidad.
Escoge protocolos ligeros como REST o gRPC y, cuando sea posible, mensajería asíncrona. Reducir la latencia y la sobrecarga en la comunicación entre servicios mejora la velocidad general de la aplicación.
Configura herramientas de monitoreo y registro de eventos para todos los microservicios, con el fin de detectar fallos rápidamente, analizar el rendimiento y optimizar procesos sin interrumpir el funcionamiento.
Cada microservicio puede tener su propia base de datos, pero es importante evitar inconsistencias. Diseña estrategias de sincronización y consistencia de datos para asegurar que todos los servicios trabajen con información confiable.
Usa CI/CD (Integración y Despliegue Continuo) para actualizar microservicios de manera ágil y segura. Las pruebas automáticas aseguran que cada servicio funcione correctamente antes de entrar en producción.
Indudablemente, los microservicios se han vuelto un enfoque clave para construir aplicaciones modernas, pero surgen dudas sobre cómo funcionan, sus diferencias con otros modelos y su implementación práctica. ¡Vamos a resolverlas!
Un servicio puede ser parte de una arquitectura más amplia, como en SOA, y suele ser más grande, manejando múltiples responsabilidades. Un microservicio, en cambio, es mucho más pequeño, enfocado en una única función específica y completamente autónomo, aspecto que beneficia su escalabilidad y mantenimiento independiente.
SOA (Arquitectura Orientada a Servicios) agrupa servicios más grandes que suelen compartir bases de datos y protocolos comunes. Los microservicios dividen la aplicación en unidades más pequeñas, autónomas y con comunicación ligera, permitiendo mayor flexibilidad, escalabilidad y despliegue independiente.
Grandes empresas de tecnología como Netflix, Amazon, Spotify y Uber los usan para manejar sus aplicaciones a gran escala. Esta arquitectura les deja escalar con eficiencia, actualizar servicios individuales sin interrumpir todo el sistema y mantener alta disponibilidad.
Los microservicios se conectan mediante APIs REST, gRPC o mensajería asíncrona (colas de mensajes, eventos). El objetivo es que los servicios intercambien información sin depender directamente de la implementación interna de los demás.
Se usan pruebas unitarias para cada microservicio de manera independiente y pruebas de integración para asegurar que funcionen correctamente cuando interactúan entre sí. Además, herramientas de monitoreo y simulación de cargas ayudan a validar rendimiento y estabilidad en producción.
Los microservicios transforman la manera en que se diseñan y desarrollan las aplicaciones modernas. Este enfoque arquitectónico divide un sistema en pequeños servicios independientes y especializados, con el objetivo de realizar funciones o tareas específicas dentro de un sistema.
En EBIS Business Techschool, te formamos para dominar la arquitectura de microservicios desde una perspectiva práctica y profesional. En nuestro Máster en Full Stack Developer, aprenderás a diseñar, desplegar y gestionar aplicaciones distribuidas, integrando nuevas tecnologías junto con buenas prácticas de comunicación entre servicios.
Al completar el programa, obtendrás una doble titulación de EBIS Business School y la Universidad de Vitoria-Gasteiz (EUNEIZ), además de certificaciones internacionales que avalan tus competencias técnicas y de liderazgo: JSE™ – Certified Entry-Level JavaScript Programmer, IT Specialist - INF-302: JavaScript y Harvard ManageMentor® - Leadership, otorgada por Harvard Business Publishing Education.
¡Conviértete en un profesional capaz de construir sistemas modernos, escalables y preparados para el futuro con EBIS!
Adoptar microservicios implica repensar la manera en que se construyen las aplicaciones. Su capacidad para dividir sistemas en unidades autónomas y especializadas aporta flexibilidad, escalabilidad y eficiencia en el desarrollo. Analizar los tipos y observar ejemplos prácticos demuestra cómo esta arquitectura transforma operaciones complejas en procesos manejables y coordinados. En definitiva, las organizaciones que aplican esta metodología logran mantener sistemas robustos, actualizables y resilientes, mientras optimizan recursos y mejoran la experiencia del usuario.
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