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Publicado el 12/05/2025
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El concepto de compliance es ahora o en un pilar fundamental para las organizaciones modernas, especialmente aquellas que operan en entornos altamente regulados. En términos simples, hace referencia al cumplimiento de leyes, regulaciones, normativas internas y estándares éticos a seguir para el correcto funcionamiento de una marca.
Con base en lo anterior, acotamos que, aparte de ser un requisito legal, promueve la cultura organizacional responsable. Acompáñanos porque te contaremos qué es exactamente, sus tipos y otros puntos destacables para ponerte mucho más en contexto.
El término “compliance”, de origen anglosajón, hace referencia al cumplimiento normativo. En el entorno empresarial y jurídico, engloba el conjunto de acciones, protocolos y políticas que una organización pone en marcha para asegurar que actúa conforme a la legislación vigente, a sus propias normas internas, a principios éticos y a compromisos adquiridos de manera voluntaria.
Como lo comentamos en el punto anterior, el rol del “compliance” es garantizar que todas las actividades se lleven a cabo dentro del marco legal, ético y normativo aplicable. Es preciso entender que no se trata únicamente de evitar sanciones, sino de fomentar una cultura organizacional basada en la integridad y la responsabilidad. Detalladamente, se encarga de:
Implementar una función de compliance dentro de una empresa no solo responde a una exigencia legal, sino que aporta beneficios estratégicos. Más allá de prevenir infracciones, el sistema contribuye a fortalecer la organización en distintos niveles. Aquí recopilamos 5 de las ventajas más destacadas según nuestra perspectiva:
El compliance actúa como una barrera de protección frente a infracciones legales o regulatorias. Al implementar controles internos y mecanismos de supervisión, la empresa disminuye el riesgo de enfrentarse a multas, inhabilitaciones, demandas judiciales o incluso responsabilidad penal corporativa. Hablamos de un aspecto muy relevante en sectores altamente regulados como el financiero, farmacéutico o tecnológico.
Una administración que cumple con las normativas transmite una imagen de seriedad, transparencia y compromiso ético. Así se fortalece su marca ante clientes, proveedores, instituciones y medios. Una buena reputación previene la crisis de imagen y se convierte en una ventaja competitiva en mercados cada vez más exigentes.
El compliance establece normas e impulsa valores dentro de la organización. Al incorporar principios éticos en la toma de decisiones y en las relaciones laborales, contribuye a crear un entorno de trabajo basado en el respeto, la honestidad y la responsabilidad. Es un elemento que repercute positivamente en el clima laboral y en la fidelización del talento.
Cumplir con la legislación y los estándares éticos genera seguridad en quienes invierten, contratan o colaboran con la empresa. Tanto los mercados como los consumidores valoran cada vez más el compromiso real con el cumplimiento normativo, por lo que el cumplimiento normativo es un factor primordial para atraer capital, cerrar acuerdos y consolidar relaciones comerciales a largo plazo.
Una de las funciones esenciales de la práctica en cuestión, es detectar posibles riesgos antes de que se vuelvan problemas reales. Al mapear amenazas legales, operativas o reputacionales, y establecer medidas de prevención y respuesta, la empresa está mejor preparada para anticiparse a situaciones adversas. Esto aporta estabilidad y agiliza la toma de decisiones estratégicas con menor exposición al riesgo.
Por si no lo sabías, hay varios tipos de compliance que se clasifican dependiendo del ámbito normativo al que se orientan. Cada uno tiene el propósito de lograr el cumplimiento de leyes, regulaciones y estándares específicos. Aunado a ello, su implementación depende del sector, el tamaño y las actividades del negocio:
Tiene como objetivo advertir a la empresa o a sus directivos que incurran en delitos que generen responsabilidad penal corporativa. Incluye medidas contra delitos como corrupción, blanqueo de capitales, fraude, tráfico de influencias, entre otros.
Logra que la organización cumpla con todas sus obligaciones tributarias de forma precisa y en tiempo. Incluye el control de declaraciones, pagos, facturación y cumplimiento de normativas fiscales locales e internacionales.
Vela por el respeto a la normativa laboral vigente, garantizando condiciones dignas de trabajo, igualdad de oportunidades, prevención de riesgos laborales, y cumplimiento de convenios y contratos colectivos.
Se enfoca en el cumplimiento de normativas como el RGPD (Reglamento General de Protección de Datos) para el correcto tratamiento de datos personales y la protección de la privacidad tanto de empleados como de clientes y usuarios.
Orienta a la compañía hacia una gestión sostenible y legal de sus impactos ambientales. Abarca la correcta gestión de residuos, emisiones, consumo energético, y cumplimiento de normativas ecológicas locales e internacionales.
Aplica a empresas que operan en sectores con regulaciones específicas, como el financiero, sanitario, alimentario o energético. En estos casos, el compliance se adapta a las normativas técnicas y regulatorias propias del sector.
Los pilares del compliance son los elementos básicos que sustentan un sistema de cumplimiento eficaz dentro de una organización. Asimismo, previenen, detectan y gestionan los riesgos legales, éticos y reputacionales de manera estructurada y coherente.
Estos pilares permiten prevenir, detectar y gestionar los riesgos legales, éticos y reputacionales de forma estructurada y coherente.
El respaldo de los directivos y del consejo de administración es esencial. El compliance debe ser promovido desde los niveles más altos de la organización, demostrando un liderazgo ético y una voluntad real de cumplir con las normas. Sin ese compromiso, cualquier programa de cumplimiento pierde credibilidad y efectividad.
Toda empresa debe identificar, analizar y priorizar los riesgos legales y éticos a los que está expuesta según su sector, tamaño, ubicación y actividades. Esta evaluación es la base para diseñar controles y políticas adecuadas.
El sistema de compliance debe estar respaldado por documentos claros y accesibles: códigos de conducta, protocolos de actuación, manuales de prevención, políticas anticorrupción, etc. Las directrices guían a los empleados sobre cómo actuar ante situaciones comprometedoras o irregulares.
No basta con redactar políticas: es imprescindible capacitar al personal y comunicar los principios del cumplimiento normativo continuamente. La formación hace que todos comprendan sus responsabilidades y sepan cómo actuar ante riesgos o dilemas éticos.
Un buen sistema incluye herramientas que detecten irregularidades, como canales confidenciales de denuncia, auditorías internas y sistemas de supervisión. Igualmente, debe establecer protocolos para investigar y responder a los incumplimientos.
El cumplimiento normativo no es un sistema estático. Requiere seguimiento constante, revisiones periódicas y actualizaciones para adaptarse a cambios normativos o internos. Así se garantiza su eficacia y alineación con la realidad de la empresa.
Para ejercer en el área de compliance, se requieren tanto conocimientos técnicos específicos como un conjunto de habilidades blandas que permitan actuar con criterio, liderazgo y sensibilidad ética. Esta combinación es elemental para prevenir riesgos, interpretar normativas y asesorar eficazmente a la organización.
¿Quieres comenzar con el cumplimiento normativo en una organización? Entonces debes abordar el proceso estructuradamente, integrándolo en la cultura empresarial desde el principio. Los pasos a seguir para alcanzar el éxito son:
El primer paso es asegurar el respaldo del equipo directivo. Sin una implicación real de la cúpula, el compliance no tendrá el peso necesario para influir en la toma de decisiones ni en la cultura corporativa.
Es preciso identificar las áreas donde existen riesgos de incumplimiento: corrupción, fraude, conflictos de interés, protección de datos, medioambiente, etc. El análisis debe adaptarse al tamaño, actividad y contexto del negocio.
Con base en el diagnóstico, se deben establecer políticas, procedimientos y controles internos claros. Esto incluye un código de conducta, manuales, políticas específicas (como anticorrupción o uso de datos), y mecanismos de supervisión.
La capacitación continua es clave. Todos los empleados tienen el deber de conocer las normas internas y saber cómo actuar ante situaciones irregulares. Las formaciones deben adaptarse al rol y nivel de responsabilidad de cada persona.
Se requiere habilitar medios seguros y confidenciales para reportar infracciones o conductas sospechosas, como un buzón ético o canal interno. Igualmente, es necesario definir protocolos de investigación y sanción.
El cumplimiento normativo es principal en cualquier organización que busca operar de manera ética, legal y responsable. Pero, implementar uno efectivo presenta varios desafíos. Desde la resistencia al cambio por parte de los empleados hasta la complejidad de las regulaciones y la falta de recursos adecuados, las oficinas deben estar preparadas para afrontar obstáculos en el proceso. ¡Aquí te lo explicamos!
La adopción de políticas de compliance produce resistencia entre los empleados, especialmente si consideran que estas políticas son innecesarias o restrictivas. La cultura corporativa puede verse afectada, ya que algunos empleados no comprenden la relevancia o temer las consecuencias de los cambios. Para superarlo, puedes hacer lo siguiente:
Las normativas y regulaciones varían constantemente y pueden ser complejas, lo que dificulta que las empresas se mantengan al día. Esto es muy cierto en empresas que operan en múltiples países, donde las leyes locales e internacionales pueden diferir significativamente. Supéralo así:
Muchas veces, las organizaciones no asignan suficientes recursos (humanos, financieros o tecnológicos) al cumplimiento normativo, lo que obstaculiza la implementación efectiva del sistema de compliance. Sin los recursos adecuados, las políticas de compliance pueden volverse ineficaces o difíciles de aplicar. La solución sería la:
Mientras las organizaciones usan sistemas de compliance, surgen diversas dudas sobre cómo gestionar y optimizar esta área. A continuación, abordamos algunas de las preguntas más comunes, aclarando conceptos clave y proporcionando respuestas sobre las responsabilidades, diferencias con otras áreas y aspectos relacionados con la gestión del cumplimiento normativo.
El responsable del Compliance generalmente es el Chief Compliance Officer (CCO), quien se encarga de supervisar y garantizar que la organización cumpla con las normativas externas e internas. Este rol puede estar acompañado de un equipo especializado en compliance, dependiendo del tamaño y la complejidad de la empresa. Aunque el CCO lidera el área, todos los empleados tienen una responsabilidad compartida para seguir las políticas de compliance establecidas.
A pesar de que ambas funciones están relacionadas con el cumplimiento y la gestión de riesgos, la auditoría interna se enfoca en revisar, evaluar y verificar la eficacia de los controles internos y procedimientos de la organización. Su objetivo es identificar áreas de mejora y asegurar que los procesos sean adecuados. Por otro lado, se centra en garantizar que la marca cumpla con las leyes, regulaciones y políticas internas, previniendo el riesgo de infracciones legales.
Uno de los mayores desafíos del área de compliance es mantenerse actualizado con las normativas y regulaciones cambiantes. Las leyes y regulaciones están en constante evolución, y es fundamental garantizar que todos los procesos y políticas de la organización estén alineados con estos cambios. Del mismo modo, lidiar con la resistencia al cambio por parte de empleados y hacer la correcta implementación de las políticas de cumplimiento es complicado.
El salario de un analista de compliance varía según la ubicación geográfica, el nivel de experiencia y el tamaño de la empresa. En general, un analista de compliance puede ganar entre 30,000 y 60,000 dólares anuales. En administraciones grandes o en sectores altamente regulados, el salario puede ser superior. Incluso, es significativo considerar los beneficios adicionales como formación continua, bonos o incentivos.
Los programas de compliance deben ser revisados y actualizados de manera periódica, preferentemente cada año. Sin embargo, la revisión puede realizarse con mayor frecuencia si ocurren cambios valiosos en las leyes, regulaciones o en el entorno operativo de la empresa. Es esencial mantener el programa alineado con las mejores prácticas para que continúe siendo efectivo ante los riesgos emergentes.
En la era digital, donde los riesgos asociados a la privacidad, la ciberseguridad y la automatización son cada vez más complejos, contar con profesionales capacitados en cumplimiento normativo es clave para garantizar la integridad corporativa.
Con el Máster en Derecho Digital, Inteligencia Artificial y Blockchain de EBIS, desarrollado junto a IBM, adquirirás una formación integral y actualizada para aplicar políticas de compliance adaptadas a la economía digital. Aprenderás a identificar riesgos legales, diseñar marcos de cumplimiento eficientes, automatizar procesos regulatorios mediante inteligencia artificial y asegurar la alineación con normativas como la DSA y el RGPD.
Este máster combina conocimientos jurídicos, tecnológicos y estratégicos con un enfoque eminentemente práctico. Además, obtendrás doble titulación, acceso a contenido en constante actualización y formarás parte de una red de profesionales que lideran la transformación legal en Europa y Latinoamérica. Especialízate en el cumplimiento normativo del entorno digital. ¡Conviértete en el perfil que buscan las empresas tecnológicas y multinacionales!
En resumidas cuentas, el compliance es esencial para que una organización opere dentro de los márgenes de la legalidad y la ética, protegiendo sus intereses y los de sus stakeholders. Desde el cumplimiento de normativas locales hasta la implementación de códigos de conducta internos, abarca una gran gama de actividades que ayudan a prevenir riesgos y a fomentar una cultura de transparencia y responsabilidad.
Comprender los tipos de cumplimiento normativo y sus ejemplos en la práctica colabora con las marcas a estar mejor preparadas para enfrentar los desafíos regulatorios y, al mismo tiempo, mantener la confianza y lealtad de sus clientes y empleados. Ahora bien, implementar un sistema adecuado no solo es crucial para el buen funcionamiento de la empresa, sino para que su crecimiento sostenido y su reputación a largo plazo sea un hecho.
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